Metales tóxicos

Los empastes dentales que se utilizaban hace algunos años -de color negro o gris- no son tan inofensivos como parecen ya que contienen mercurio. Una elevada cantidad de este metal en el organismo puede contribuir a la aparición o incluso provocar diversas enfermedades.

Tratamientos y Soluciones

Su presencia ha sido relacionada, por ejemplo, con enfermedades neurológicas (como la esclerosis en placa), la artritis reumatoidea y otras enfermedades autoinmunes como la tiroditis (enfermedad de Hasimoto).

La AESAN recomendaba hasta ahora que las mujeres embarazadas y los niños menores de tres años no consumieran más de 100 gramos a la semana de pez espada o cazón, y no más de dos raciones de atún rojo. Las grandes especies, situadas en lo alto de la cadena trófica del mar, acumulan en sus tejidos grasos el mercurio que absorben de sus presas en su forma más tóxica (metilmercurio). El metal, generado en gran medida por la actividad industrial, es ingerido luego por el hombre, y puede provocar alteraciones graves en el desarrollo neuronal del feto y de los niños de corta edad. "La presencia del metal varía de un caladero a otro, y el Mediterráneo está muy contaminado", dice Llobet. Las grandes especies suelen ser migratorias, por lo que no se puede excluir del riesgo a las especies que proceden de aguas menos contaminadas.